Nadie está exento de separarse.
Es cierto.
Algunas parejas actuales no valoran esta experiencia se acrecienta con el tiempo. No se tienen paciencia cuando disienten. Creen que eso significa falta de amor. Por eso se separan aún cuando un hijo esté por nacer.
Dejan a una madre debilitada y a una hija o hijo de quien le costará más despegarse evolutivamente de la madre cuando llegue el momento del divorcio o individuacón, alrededor de los tres años de edad.
Porque es una tarea que deberá realizar la pequeña a la vez que la madre, que habrá transformado a la niña en su pareja, su compañía y la motivación de su vida.