La vertiginosa y masiva comunicación
que nos proporciona la tecnología lo hace más evidente aún. Es esa sensación
producto de la insatisfacción, como si todo se convirtiera en instantáneo y
descartable y nos quedáramos con un "¡¿Y ahora qué?!" sin encontrar
lo que buscamos, sintiéndonos víctimas del desamor.
Muchas veces experimentamos este sentimiento aunque estemos rodeados de personas, condicionados por nuestros viejos pesares y las protecciones que utilizamos para no sufrir.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Pues el único camino que yo conozco y que realmente llenó ese vacío y eliminó para siempre esa sensación de soledad en mí, fue el conocerme profundamente y expandir el amor-conciencia en mi interior. Es por eso que lo comparto, porque sé que funciona para quien está buscando más.
Muchas veces experimentamos este sentimiento aunque estemos rodeados de personas, condicionados por nuestros viejos pesares y las protecciones que utilizamos para no sufrir.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Pues el único camino que yo conozco y que realmente llenó ese vacío y eliminó para siempre esa sensación de soledad en mí, fue el conocerme profundamente y expandir el amor-conciencia en mi interior. Es por eso que lo comparto, porque sé que funciona para quien está buscando más.
Es muy difícil para los seres
humanos confiar y abrirnos a recibir el amor. En lo profundo, no nos sentimos
ni dignos ni merecedores, y aunque no seamos conscientes y digamos que sí, que
queremos recibirlo, automáticamente actúan esos patrones y bloqueos de los que
hablaba. Yo siempre sugiero que cada uno elija un camino para llegar a
conocerse, a amarse, a abrazarse. Por mi parte yo enseño el mío, lo tienes en
un libro si lo quieres, pero cada uno tiene que elegir algo que abra este sendero,
esta perspectiva, que apoye este sentir. Afortunadamente, vivimos en tiempos
en que tenemos todo a nuestra disposición, es cuestión de animarse y probar,
experimentar. Ese es el punto, que te abras a experimentar lo que te puede
acercar a ese maravilloso territorio único y desconocido, para el que no existe
más mapa que el propio sentimiento, y es el camino a uno mismo, al corazón.