Es fácil ver la salud en el beneficio del matrimonio. Parejas proporcionan unos a otros con la compañía y el apoyo social. Ellos se encargan de unos a otros cuando se sienten mal, y hacen una pausa entre sí a través de tiempos difíciles. Nuestras parejas también nos animan a desarrollar buenos hábitos, y nos dan la motivación para mejorar a nosotros mismos.
Es mucho más fácil deslizar un estilo de vida irregular de sueño, mala dieta, falta de ejercicio, y el abuso de sustancias cuando estás solo, sobre todo cuando se tiene la excusa de ser divorciado. La soledad puede realmente dañarte.
Cuando las personas que gozan de buena salud física y psicológica entran en un matrimonio, que están dispuestos a disfrutar de los beneficios que se derivan de una relación íntima a largo plazo. Para estas personas, el matrimonio mejora sus ya altas probabilidades de vivir una vida larga y saludable. En otras palabras, el matrimonio no les hace feliz y saludable. Más bien, su felicidad y la salud hacen probable que su matrimonio vaya a prosperar.