Técnica para manejar las emociones negativas

enojo

Reconozca las múltiples caras que pueden esconder este sentimiento tan humano como común y qué estrategias poner en práctica para manejarlo con éxito.

El enojo es una de las emociones más frecuentes y muchas veces desgastante tanto física como mentalmente, aunque no es malo en sí mismo.

Dado que surge como respuesta a algo que se clasifica como negativo, puede servir de disparador de acciones que permitan cambiar aquello que no funciona.

El problema es cuando esta emoción aparece como única respuesta a las dificultades transformándose en algo crónico o, en otros casos, cuando se la utiliza como máscara para ocultar otro tipo de sentimientos. En estas situaciones, el manejo de las emociones puede complicarse y, como resultado, la persona parece vivir enojada cuando en realidad lo que esconde es algún otro sentimiento negativo relacionado con algo no resuelto.


En cualquier caso, existen algunas respuestas físicas comunes ocasionadas por el enojo, tales como:
  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Tensión muscular.
  • Dificultad al respirar.
  • Alteración de la voz.
  • Náuseas.
Para evitar estas complicaciones es necesario identificar:
  • ¿Qué es lo que lo provoca?.
  • ¿Qué es lo que esconde y qué hay detrás de ese estado emocional?.
  • ¿Cómo enfrentarlo?.
Sólo así será posible aprovechar a su favor la oportunidad de aprender incluso de los conflictos y poner en marcha su capacidad de cambiar aquella realidad que le disgusta, siempre que sea posible.

Reconocimiento.

Piense en la situación en que se enoja habitualmente y responda a las siguientes preguntas, por escrito:
  • ¿Por qué me enojo?.
  • ¿Por qué creo que eso pasó?.
  • ¿Qué hizo la otra persona?.
  • ¿Por qué creo que lo hizo?.
  • ¿Por qué creo que lo hizo para molestarme?.
  • ¿Qué pienso esa persona?.
  • ¿Qué pienso de mí?.
  • ¿Qué piensa de la situación?.
  • ¿Cuál es el nivel de gravedad esto?.
Escriba todo lo que se le ocurra, sin analizarlo. Si le resulta difícil, imagine qué pensaría cualquier persona que se encontrara en su lugar. Muy probablemente eso sea sus propios pensamientos.

Una vez que ha determinado, revise lo que escribió y pregúntese:
  • ¿Hay algo más detrás de mi enojo?.
  • ¿Qué puedo hacer para modificar lo que origina ese sentimiento?.
Poco a poco podrá identificar el tipo de creencia irracional que lo hace enojar, más allá de lo que sucederá externamente, o que le causa sufrimiento y será capaz de cambiarlo o eliminarlo.

En muchas ocasiones no es lo que pasa en el afuera o lo que hace otra persona lo que nos enoja sino, en cambio, ese grupo de creencias erróneas que nos convence de que algo es terrible o imperdonable. Es decir, los propios pensamientos distorsionantes perpetúan enojado e impiden actuar de modo que pueda encontrarse una salida.

Manejo.

Una parte esencial para aprender a manejar el enojo consiste en tener la capacidad para expresar aquello que lo enoja. ¿Usted lo manifiesta?. Si su respuesta es afirmativa, el reconocer que existen situaciones que  lo sobrepasan y molestan constituyen el primer paso. Si su respuesta es negativa, haga el intento de expresar aquello que siente en el momento. Quizá no resulte difícil, especialmente si suele tragarse el enojo, aunque con la práctica de la que puede ser muy beneficioso. Al comunicar su enojar, sin embargo, no pierda la cordura. La propuesta de que pueda verbalizar claramente lo que lo enoja, no que ataque o agrega a otros.

Si el enojo es una respuesta a algo que no está bien, entonces la clave consiste en crear estrategias para manejar lo que sea difícil de enfrentar. Para ello:
  • No niega el enojo ni lo reprima ya que esto impedirá la identificación del problema que hay que  resolver.
  • Aprenda que los sentimientos son señales necesarias para desarrollar estrategias resolutivas.
  • El 13 de manera afirmativa y asertiva que está enojado. Utilice la frase, reconozco que esto me enoja.
  • Defina claramente qué situaciones lo enojan y como lo manifiesta en el organismo.
  • Explore, discuta y negocie un modo posible de encarar el problema que ha originado el enojo.
  • Reemplace los siempre, nunca, todo y nada de su vocabulario por otro término más flexibles como quizás, tal vez, es posible que, con frecuencia.
  • De detalles positivos incluso dentro de las situaciones difíciles. En la medida en que usted se conecte con sus emociones y vea que crisis no es sinónimo de catástrofe sino de crecimiento, estará encaminado hacia una mejor calidad de vida.

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